jueves, 12 de enero de 2012

La Piedra.

El distraído, tropezó con ella.
El violento, la utilizó como proyectil.
El emprendedor, construyó con ella.
El campesino, cansado, la utilizó de asiento.
Para los niños, fue un juguete.
Drummond la poetizó.
David, con ella mató a Goliat.
Y Michelangelo le sacó la más bella escultura.

¡En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre! No existe "piedra" en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento. Si encuentras una, conviértela en una oportunidad.

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