jueves, 10 de febrero de 2011

... de los premios Goya y otras historias.

Las clases de "Teoría de la Arquitectura" eran pura Filosofía y resultaban un poco áridas; el profesor lo sabía y, quizás por ello, acostumbraba a intercalar alguna anécdota que ayudara a que nuestras mentes no divagaran por mundos muy lejanos al de aquel aula en la que nos encontrábamos.

Recuerdo el día en que se quedó bloqueado y nos contó que le había pasado como cuando, en ocasiones, llamaba a su mujer por cualquier nombre, menos por el suyo. Me pregunté entonces quien sería la esposa de aquel profesor.

La respuesta, casualmente, la obtuve algunos años después cuando, en enero del año 2000, durante la entrega de los "Goya" de cine, la ganadora del premio a la mejor actriz de reparto, al ir a recoger su "estatuilla", intercambió gestos de cariño con quien a su lado se sentaba y que no era otro que mi antiguo profesor de "Teoría de la Arquitectura".

De él, Rafael González Sandino, supe, recientemente, que falleció en Mayo de 2.008; ella es María Galiana y, tras haber ejercido como profesora, como madre y como esposa, ahora, en plena madurez, triunfa como actriz.

4 comentarios:

  1. ¡Qué curioso y qué casualidad que ahora mismo la estoy viendo en la tele!

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  2. Tiene gracia lo que cuentas, Antonio. Seguro que durante el tiempo que fue tu profesor nunca pensarías que su mujer fuera una actriz tan reconocida y respetada.
    Yo tuve el enorme placer de verla sobre las tablas. Vino a Linares, al Teatro Cervantes, el año pasado con la obra "Fugadas". Es una magnífica actriz y en la representación está fabulosa.
    Un abrazo
    Rocío

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  3. Gracias Chari y Rocío por vuestros comentarios. Por cierto, ¿no echáis de menos cuando los "Goyas" se entragaban en sábado?. Entonces, yo me los tragaba enteros; ahora, teniendo que madrugar al día siguiente, me resulta imposible verlos durante la noche del domingo al lunes.

    Un abrazo.

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  4. Este señor, Gonzalez Sandino, era alumno del colegio donde yo estudiaba desde niño, dos cursos por encima del mío. Lo recuerdo porque era un actor magnífico que actuaba siempre en las representaciones teatrales de las fiestas escolares. Hace pocos años supe que era el marido de la conocida y reconocida María Galiana. De él no había vuelto a oír nada, ni sabía que fuera profesor de la Escuela de Arquitectura. Me pregunto, hoy día de los enamorados, si fue el de ellos un "amor profesional", o si él insufló en ella su alma de actor por ese milagro del amor que es la "identificación de cuerpo, mente y espíritu".
    ¿Sabrás, Antonio, quien soy? Van algunas pistas...

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