martes, 16 de junio de 2009

Buena o mala suerte, ¿quién lo sabe?.

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Un granjero vivía en una pequeña y pobre aldea. Sus paisanos lo consideraban afortunado porque tenía un caballo que utilizaba para labrar la tierra y para transportar la cosecha. Pero un día el caballo se escapó. La noticia corrió pronto por el pueblo, de manera que al llegar la noche los vecinos fueron a consolarlo por aquella grave pérdida. Todos le decían: "¿qué mala suerte has tenido?". La respuesta del granjero fue sencilla: "buena suerte o mala suerte, ¿quien lo sabe?".
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Pocos días después el caballo regresó a su casa trayendo consigo dos yeguas salvajes que había encontrado en las montañas. Enterados los aldeanos acudieron de nuevo, esta vez para darle la enhorabuena y comentarle su buena suerte, a lo que él volvió a contestar: "buena suerte o mala suerte, ¿quién lo sabe?".
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Al día siguiente, el hijo del granjero trató de domar a una de las yeguas, pero esta lo arrojó al suelo y este se rompió una pierna. Los vecinos visitaron al herido y lamentaron su mala suerte; pero el padre respondió otra vez: "buena suerte o mala suerte, ¿quién lo sabe?"
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Una semana más tarde aparecieron en el pueblo los oficiales de reclutamiento para llevarse a jóvenes al ejército. El hijo del granjero fue rechazado por tener la pierna rota. Al atardecer, los aldeanos que habían despedido a sus hijos, se reunieron en la taberna y comentaron la buena estrella del granjero, mas éste, como podemos imaginar, contestó nuevamente: "buena suerte o mala suerte, ¿quién lo sabe?"

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1 comentario:

  1. ... no deberíamos quejarnos de esos sucesos que a primera vista parecen ser consecuencia de la mala fortuna, ya que, como diría el granjero, "buena suerte o mala suerte, ¿quién lo sabe?". Nunca somos conocedores de lo que nos puede deparar cualquier acontecimiento, y quien sabe si, lo que hoy vemos como negativo, puede llegar a ser la causa de algo positivo que vendrá posteriormente.

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