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Un granjero vivía en una pequeña y pobre aldea. Sus paisanos lo consideraban afortunado porque tenía un caballo que utilizaba para labrar la tierra y para transportar la cosecha. Pero un día el caballo se escapó. La noticia corrió pronto por el pueblo, de manera que al llegar la noche los vecinos fueron a consolarlo por aquella grave pérdida. Todos le decían: "¿qué mala suerte has tenido?". La respuesta del granjero fue sencilla: "buena suerte o mala suerte, ¿quien lo sabe?".
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Pocos días después el caballo regresó a su casa trayendo consigo dos yeguas salvajes que había encontrado en las montañas. Enterados los aldeanos acudieron de nuevo, esta vez para darle la enhorabuena y comentarle su buena suerte, a lo que él volvió a contestar: "buena suerte o mala suerte, ¿quien lo sabe?".
Pocos días después el caballo regresó a su casa trayendo consigo dos yeguas salvajes que había encontrado en las montañas. Enterados los aldeanos acudieron de nuevo, esta vez para darle la enhorabuena y comentarle su buena suerte, a lo que él volvió a contestar: "buena suerte o mala suerte, ¿quien lo sabe?".
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Al día siguiente, el hijo del granjero trató de domar a una de las yeguas, pero esta lo arrojó al suelo y este se rompió una pierna. Los vecinos visitaron al herido y lamentaron su mala suerte; pero el padre respondió otra vez: "buena suerte o mala suerte, ¿quien lo sabe?"
Al día siguiente, el hijo del granjero trató de domar a una de las yeguas, pero esta lo arrojó al suelo y este se rompió una pierna. Los vecinos visitaron al herido y lamentaron su mala suerte; pero el padre respondió otra vez: "buena suerte o mala suerte, ¿quien lo sabe?"
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Una semana más tarde aparecieron en el pueblo los oficiales de reclutamiento para llevarse a jóvenes al ejército. El hijo del granjero fue rechazado por tener la pierna rota. Al atardecer, los aldeanos que habían despedido a sus hijos, se reunieron en la taberna y comentaron la buena estrella del granjero, mas éste, como podemos imaginar, contestó nuevamente: "buena suerte o mala suerte, ¿quien lo sabe?"
Siempre me han gustado las películas con mensaje, y por tanto, también me agradan los cuentos con moraleja; la anterior historia quiere transmitir que no deberíamos quejarnos de esos sucesos que a primera vista parecen ser consecuencia de la mala fortuna, ya que, como diría el granjero, "buena suerte o mala suerte, ¿quien lo sabe?". Nunca somos conocedores de lo que nos puede deparar cualquier acontecimiento, y quien sabe si lo que hoy vemos como negativo no puede ser la causa de algo positivo que vendrá posteriormente.
Una semana más tarde aparecieron en el pueblo los oficiales de reclutamiento para llevarse a jóvenes al ejército. El hijo del granjero fue rechazado por tener la pierna rota. Al atardecer, los aldeanos que habían despedido a sus hijos, se reunieron en la taberna y comentaron la buena estrella del granjero, mas éste, como podemos imaginar, contestó nuevamente: "buena suerte o mala suerte, ¿quien lo sabe?"
Siempre me han gustado las películas con mensaje, y por tanto, también me agradan los cuentos con moraleja; la anterior historia quiere transmitir que no deberíamos quejarnos de esos sucesos que a primera vista parecen ser consecuencia de la mala fortuna, ya que, como diría el granjero, "buena suerte o mala suerte, ¿quien lo sabe?". Nunca somos conocedores de lo que nos puede deparar cualquier acontecimiento, y quien sabe si lo que hoy vemos como negativo no puede ser la causa de algo positivo que vendrá posteriormente.
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